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Comunicación publicitaria

El papel de las acciones bancarias en los fondos de alto dividendo

17 noviembre 2025

  • Los fondos de dividendos tienden a mantener una elevada exposición a bancos, ya que estos presentan ratios de distribución más altas que las empresas no financieras.
  • Un análisis de Morningstar indica que, según los datos actuales, los bancos podrían estar mejor posicionados que en ciclos anteriores para afrontar una recesión económica, aunque persisten algunos riesgos.
  • Los requisitos regulatorios sobre capital limitan la valoración de los bancos, lo que da lugar a elevadas rentabilidades por dividendo que representan una oportunidad para los inversores.

Riesgos clave:

  1. Los dividendos bancarios pueden recortarse drásticamente durante las recesiones, lo que reduce tanto los ingresos como la cotización las acciones.
  2. Una elevada concentración en el sector financiero incrementa la exposición a perturbaciones sectoriales específicas.
  3. Los cambios regulatorios o los mayores requisitos de capital pueden reducir los repartos y las valoraciones futuras.

Para los inversores que buscan rentas periódicas y fiables, las acciones y fondos de alto dividendo tienen un atractivo singular. Las empresas en las que invierten distribuyen un elevado porcentaje de sus beneficios a los accionistas en forma de dividendos, que pueden cobrarse como rentas o reinvertirse para obtener futuras plusvalías.

Invertir en títulos de alto dividendo también puede implicar un menor riesgo en comparación con otros, siempre que se seleccionen con atención a la fiabilidad de sus dividendos. Por ejemplo, la firma de análisis de inversiones Morningstar describe las estrategias de alto dividendo como capaces de «amortiguar las caídas en épocas de retrocesos del mercado» al referirse a sus índices Dividend Leaders. No obstante, toda inversión en renta variable conlleva riesgos, y las acciones con alto dividendo también pueden arrojar rendimientos inferiores al de los índices generales.

Sin embargo, una de las principales preocupaciones entre los inversores en fondos de alto dividendo como nuestro (TDIV) es si la elevada exposición habitual a títulos financieros, como los bancarios, podría suponer un riesgo imprevisto en caso de producirse una crisis bancaria. ¿Cuál es la probabilidad de que una crisis que obligue a los bancos a recortar sus dividendos cause una caída significativa en su cotización?

Para responder a esa pregunta, consultamos al equipo de analistas financieros de Morningstar —encargado de calcular el índice que replica nuestro ETF— sobre si esto representa un riesgo significativo. Encontrará su opinión más adelante en este blog, que destaca que la exposición al riesgo del sector de servicios financieros y la supervisión regulatoria han mejorado notablemente desde la gran crisis financiera de 2007-2009.

A pesar de los precios récord de los activos, unos diferenciales crediticios persistentemente ajustados y las tendencias hacia la desregulación en Estados Unidos, su perspectiva es optimista. Además, no prevén una reducción significativa del capital regulatorio que deben mantener los bancos estadounidenses.

Los bancos presentan ratios de reparto más altas

Volviendo específicamente a nuestro ETF y al índice subyacente, hoy los títulos financieros constituyen, con diferencia, el principal sector. A la publicación de este informe representaban más de cuatro décimas partes (41 %) de la cartera, mientras que los títulos bancarios concentraban aproximadamente un tercio del fondo1. Las entidades financieras incluidas en la cartera incluyen bancos como HSBC Holdings, Intesa San Paolo y BNP Paribas, entre otros, junto con aseguradoras como Zurich Insurance Group y Swiss Re.

Fuente: VanEck.

Al igual que las acciones de otros sectores, estas reúnen los requisitos para su inclusión en el ETF, ya que figuran entre las 100 empresas con mayores pagos de dividendos a nivel mundial. Presentan rentabilidades por dividendo elevadas que se consideran resilientes y con potencial de revalorización.

Los grandes bancos, naturalmente, forman parte de este universo. De hecho, un artículo del respetado Banco de Pagos Internacionales (BPI) señala que los bancos tienden a presentar ratios de reparto de dividendos más altas que las empresas no financieras2. Esto obedecería a que los bancos deben mantener una cantidad significativa de fondos propios frente a sus activos ponderados por riesgo (o préstamos), de acuerdo con las normas de suficiencia de capital de Basilea III. Este requisito reduce su rentabilidad sobre el capital, lo que se traduce en una valoración más baja de sus acciones y una rentabilidad por dividendo más alta.

Rentabilidad por dividendo de empresas de servicios financieros / Octubre de 2015 - Octubre de 2025

Fuente: Morningstar, octubre de 2025.

Además, esto debería traer consigo la resiliencia de sus dividendos. Es decir, pagos que deberían mantenerse o aumentar; sin embargo, los niveles de dividendo pueden disminuir y no están garantizados. Esto evita la clásica «trampa de rentabilidad», en la que una rentabilidad elevada apunta a un deterioro de la situación de la empresa e indica que el dividendo probablemente se recortará. Ahora bien, la incertidumbre continúa siendo un factor.

A continuación, se presenta la opinión del equipo financiero de Morningstar sobre la resiliencia de las acciones del sector financiero en el momento actual.

Opinión de Morningstar

Tras el colapso de 2007-2009, es completamente comprensible que los clientes alberguen ciertas preocupaciones respecto a una elevada exposición a entidades del sector financiero, especialmente en un contexto de precios de los activos cercanos a máximos históricos y diferenciales de crédito persistentemente ajustados. Consideramos importante destacar, sin embargo, que tanto la exposición al riesgo del sector financiero como la supervisión regulatoria han mejorado de manera notable tras la gran crisis financiera. A continuación, se describen algunos de los principales cambios que han contribuido activamente a eliminar riesgos del sistema bancario y a reforzar sus colchones de capital de alta calidad.

  1. Colchones de capital más sólidos. Las reformas regulatorias exigen ahora que los bancos mantengan un mayor porcentaje de capital de alta calidad en relación con su exposición al riesgo.
    Tipo de colchón de capital Base II (antes de Dodd Frank) Base III (después de Dodd Frank / Actual) Ejemplo de Goldman Sachs, 2024
    Capital ordinario de nivel 1 (CET1) 4 % para ajustarse a los requisitos de nivel 1 4,5 % de los APR (mínimo) 4,50 %
    Colchón de capital de estrés (SCB) No aplica Solo en EE. UU.; 2,5 % de los APR (mínimo) 6,20 %
    Recargo por ser banco con importancia sistémica global (grandes bancos) No existía Mínimo de 1 % (aumenta según la categoría de banco con importancia sistémica global, sin máximo) 3 %
    Colchón de capital anticíclico (CCyB) No existía 0 - 2,5 % (a discreción del regulador según condiciones crediticias) 0,0 %
    Requisito total de CET1 4 % mínimo 7 % mínimo (aumenta desde esa base) 13,70 %

     

  2. Menor apalancamiento. Los colchones de capital se miden en relación con la exposición ponderada por riesgo, con mayores ponderaciones para los activos con un riesgo superior. En el conjunto de nuestra cobertura, los bancos están bastante bien capitalizados, con un colchón por término medio de 210 puntos básicos por encima de los mínimos regulatorios, según la prueba de solvencia de junio de 2025. En muchos bancos —especialmente los de inversión— el apalancamiento total (patrimonio neto/activos) también ha disminuido. Esto reduce la rentabilidad media sobre el capital, pero también contribuye a estabilizarla.

    Fuente: Morningstar, 2001-2034 (proyecciones).

  3. Supervisión mejorada. Actualmente, los bancos están sujetos a muchos más requisitos, no solo de capital (según la normativa de Basilea III), sino también de liquidez, capacidad de absorción de pérdidas, restricciones sobre actividades de mayor riesgo y resultados en escenarios de estrés, en comparación con la situación anterior a la crisis financiera. Todos los bancos estadounidenses considerados sistémicamente importantes se someten ahora a pruebas de solvencia anuales, que determinan la cantidad de capital que deben mantener como colchón en escenarios adversos, con base en supuestos históricamente severos. La prueba de este año, considerada «poco exigente», asumía una caída del 7,8 % del PIB real, un desempleo máximo del 10 %, una caída del 50 % en las cotizaciones, un descenso del 33 % en los precios de la vivienda, una caída del 30 % en los precios de los inmuebles comerciales y una tasa de pérdida por préstamos de 6,6 % durante el periodo de dos años iniciado en el primer trimestre de 2025. Además, los bancos deben cumplir con:
    • Requisitos de posiciones altamente líquidas que cubran las salidas previstas a corto plazo (LCR)
    • Ratios de financiación estables que aborden desajustes entre activos y pasivos (NSFR)
    • Requisitos mínimos de deuda a largo plazo, capital ordinario y capital adicional de nivel 1 para absorber pérdidas (TLAC)
    • Límites al apalancamiento total del banco (SLR y eSLR), incluidas exposiciones fuera de balance
    • Prohibiciones sobre operaciones por cuenta propia
    • Límites a inversiones de riesgo en fondos cubiertos (incluidos fondos de capital riesgo y fondos de inversión libre), hasta un 3 % del capital de nivel 1
    • Ponderaciones de riesgo más altas para clases de activos más arriesgadas, como renta variable (de 100 % a 300–400 %), hipotecas residenciales con alto LTV, inmuebles comerciales y criptomonedas (1.250 %, propuesto recientemente)

En términos generales, consideramos que el sistema está más preparado para afrontar una recesión que en ciclos anteriores. Si bien reconocemos preocupaciones legítimas respecto a la tendencia general hacia la desregulación y la relajación de los colchones de capital, esperamos que el sistema financiero global siga estando significativamente mejor capitalizado, y consideramos que la disciplina en materia de riesgo es, en general, más sólida que en 2007–2009, incluso con ciertas reducciones en los requisitos de capital. Según nuestra lectura de los comentarios de Michelle Bowman, vicepresidenta de Supervisión en EE. UU., el organismo estaría considerando revisar restricciones superpuestas, como la ratio de apalancamiento suplementario reforzado, con una propuesta que reposicionaría dicha medida como mecanismo de respaldo —tal como se concibió originalmente— y no como una restricción vinculante para los bancos. No estamos convencidos de que el sector vaya a asistir a una reducción significativa de los requisitos de capital en esta fase, aunque sabremos mucho más en los próximos dos o tres trimestres. En cambio, creemos que las versiones más estrictas de la propuesta final de Basilea III probablemente se descartarán, y nuestras estimaciones iniciales apuntan a un aumento de 20 % en los activos ponderados por riesgo (APR) para muchos de los bancos de mayor tamaño que cubrimos, así como a un incremento de entre 13 % y 17 % en los requisitos de capital ordinario de nivel 1 (CET1). Actualmente, estimamos un aumento más moderado, de 5 % a 10 % en los APR para bancos con alta actividad de negociación, y un impacto mínimo para entidades pequeñas y regionales.

Por último, la rentabilidad de la industria sigue siendo bastante sólida en términos generales y constituye la primera línea de defensa frente al aumento de los costes del crédito, tal como destaca Johann Scholtz, analista de banca europea en Morningstar. La rentabilidad de los bancos europeos ha mejorado notablemente respecto del periodo 2012–2022. El analista de servicios financieros europeos Niklas Kammer señala que la mayor liquidez proporcionada por los bancos centrales, la convertibilidad de los bonos AT1 y una mayor disposición a intervenir con rapidez por parte de los reguladores en la UE nos permiten sentirnos más cómodos con una exposición superior al sector financiero en el marco del producto TDIV en el contexto actual.

Conclusión

Ocasionalmente, los bancos pueden incurrir en pérdidas crediticias. Forma parte de la naturaleza de su negocio. En el otoño de 2025, por ejemplo, Western Alliance Bank y Zions Bank —dos entidades regionales estadounidenses— revelaron que habían estado expuestas a presuntos fraudes por parte de prestatarios. Del mismo modo, varios fondos de crédito privado están asumiendo pérdidas tras los impagos del fabricante estadounidense de piezas de automoción First Brands y del prestamista para el sector del automóvil Tricolor.

Sin embargo, el análisis de Morningstar sugiere que los bancos están altamente capitalizados y en buena situación financiera, más preparados que en ciclos económicos anteriores para afrontar la próxima recesión. Podría decirse que la regulación contribuye a la resiliencia del sector bancario y puede ofrecer oportunidades de percepción de rentas para los inversores, aunque el sector también implica riesgos de mercado, crédito y regulación que podrían reducir los dividendos y las cotizaciones. Conviene recordar que la situación de los mercados financieros puede cambiar rápidamente y que invertir en renta variable conlleva riesgos.

Glosario adicional

Requisitos de capital regulatorio: niveles mínimos de capital que los reguladores exigen a los bancos mantener como colchón a fin de absorber pérdidas.

Diferenciales de crédito: diferencia de rentabilidad entre bonos de distinta calidad crediticia; se utiliza como indicador del riesgo percibido.

Activos ponderados por riesgo (APR): activos bancarios ajustados según su nivel de riesgo, utilizados para calcular el capital regulatorio exigido.

Basilea III: marco regulador global que establece requisitos mínimos de capital y liquidez para los bancos.

Capital ordinario de nivel 1 (CET1): capital principal de máxima calidad de un banco, disponible para absorber pérdidas.

Colchón de capital para escenarios de estrés (SCB): capital adicional que los bancos estadounidenses deben mantener en función de los resultados de las pruebas de estrés anuales.

Recargo por ser banco sistémico global (grandes bancos): requisito adicional de capital para bancos considerados de importancia sistémica a nivel global.

Colchón de capital anticíclico (CCyB): nivel de capital que los reguladores pueden aumentar o reducir para moderar los ciclos de repunte y caída del crédito.

Apalancamiento: ratio que compara el capital del banco con el total de sus activos; indica en qué medida los activos están financiados con deuda.

210 puntos básicos: un punto básico equivale a 0,01 puntos porcentuales.

Ratio de cobertura de liquidez (LCR): exige a los bancos mantener suficientes activos líquidos de alta calidad para cubrir 30 días de salidas netas de efectivo.

Ratio de financiación estable neta (NSFR): obliga a los bancos a mantener una estructura de financiación estable a un año.

Capacidad total de absorción de pérdidas (TLAC): deuda a largo plazo y capital que puede amortizarse o convertirse en acciones en caso de resolución bancaria.

Bonos de nivel 1 adicional (AT1): bonos perpetuos y de alto riesgo emitidos por bancos, que pueden absorber pérdidas mediante amortización o conversión en capital.

Crisis Financiera Global (GFC): la crisis financiera global de 2007-2009.

Ratio de apalancamiento suplementaria (SLR): métrica regulatoria que compara el capital de nivel 1 de un banco con el total de sus exposiciones dentro y fuera de balance.

Ratio de apalancamiento suplementaria reforzada (eSLR): estándar más exigente del SLR que se aplica únicamente a los mayores bancos estadounidenses y a sus sociedades de cartera.

Trampa de rentabilidad: situación en la que una rentabilidad por dividendo elevada se debe a una caída del precio de la acción, lo que puede indicar debilidad financiera y una posible reducción futura del dividendo.

De minimis: término latino que significa «demasiado pequeño o trivial como para merecer consideración».

1 31 de octubre de 2025.

2 Documentos de trabajo del BPI. N.º 907. Ratios bajas de precio/valor contable y políticas de reparto de dividendos bancarios. Diciembre de 2020.

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